La Comunidad Valenciana, situada en la costa este de España, combina playas bañadas por el Mediterráneo, montañas cubiertas de viñedos y una herencia cultural que se siente en cada ciudad. Formada por tres provincias —Castellón, Valencia y Alicante—, es un destino donde la historia, la gastronomía y la naturaleza se entrelazan en perfecta armonía.
Valencia: tradición y vida junto al mar
La capital de la comunicad es Valencia, una ciudad que logra unir pasado y modernidad sin perder su esencia mediterránea.
Sus calles invitan a recorrer barrios llenos de historia y plazas donde la vida transcurre al aire libre. En el centro histórico, las torres y murallas recuerdan su pasado medieval, mientras que los amplios jardines y avenidas reflejan el espíritu innovador de una ciudad que se reinventa constantemente.
Pasear por los jardines del antiguo cauce del Turia, hoy convertidos en un gran pulmón verde, permite conocer la ciudad desde otro ángulo, disfrutando de un entorno natural sin salir del casco urbano. En cada rincón se respira la luz del Mediterráneo, presente en su clima templado y su ritmo tranquilo.
Durante marzo, las calles se llenan de color y sonido con Las Fallas, una de las fiestas más representativas de España, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Más allá de su espectacularidad, la celebración refleja el arte y la creatividad de todo un pueblo.
Castellón: naturaleza, montaña y mar
Más al norte, la provincia de Castellón sorprende por su equilibrio entre interior y costa. En sus zonas rurales, los campos de olivos, almendros y naranjos pintan un paisaje de tonos cálidos y aromas mediterráneos.
La capital provincial, Castelló de la Plana, conserva el encanto de las ciudades que viven cerca del mar. Sus amplios paseos, parques y zonas arboladas ofrecen espacios ideales para caminar o disfrutar del clima durante casi todo el año.
En el interior, pueblos con arquitectura tradicional muestran el carácter más auténtico de la región, donde el tiempo parece avanzar a otro ritmo.
Los amantes del turismo activo pueden encontrar rutas de senderismo y miradores naturales que ofrecen panorámicas espectaculares del litoral y las montañas del Maestrazgo.
Alicante: el sur luminoso del Mediterráneo
En el extremo sur, Alicante combina el azul del mar con el verde de sus montes y la calidez de su gente. La ciudad, abierta y luminosa, conserva un casco antiguo lleno de calles empedradas, plazas animadas y fachadas coloridas.
El Paseo de la Explanada, con su diseño ondulante formado por millones de mosaicos, es uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad. Desde allí, se pueden observar los barcos del puerto y disfrutar del aire marino que envuelve todo el paisaje urbano.
La provincia también ofrece una de las costas más extensas y variadas de España, con calas, acantilados y pueblos que miran al Mediterráneo. En el interior, valles fértiles y sierras suaves permiten descubrir otro rostro de Alicante, más rural y tranquilo.
Cultura y gastronomía valenciana
La Comunidad Valenciana es sinónimo de sabor. Su gastronomía se caracteriza por el uso del arroz, el aceite de oliva, los productos frescos de la huerta y el marisco del Mediterráneo.
El plato más conocido es, sin duda, la paella valenciana, una receta nacida en la Albufera que combina tradición y sencillez. También destacan las fideuàs, los arroces al horno y los postres elaborados con almendra y miel.
El clima mediterráneo, con inviernos suaves y veranos soleados, permite disfrutar de actividades al aire libre durante casi todo el año. Los paseos por el litoral, las rutas en bicicleta y las visitas a parques naturales son opciones perfectas para quienes buscan naturaleza y bienestar sin alejarse de las ciudades.
Comunidad Valenciana: esencia mediterránea
Cada provincia valenciana tiene su propia personalidad, pero comparten un mismo espíritu: hospitalidad, solo y vida al aire libre.
Ya sea paseando entre naranjos, recorriendo pueblos costeros o disfrutando de su rica gastronomía, la Comunidad Valenciana invita a descubrir el Mediterráneo en su forma más pura.
Visitarla es entender que aquí la vida se saborea despacio, entre historia, luz y mar.



